Hace unos días, cotilleando libros de cocina en casa de mi chico encontré uno de recetas norteamericanas. Evidentemente, fui volando al apartado de los postres y una de las primeras recetas que encontré fue la de la New York Cheese Cake.
No se por qué cuando la vi me dieron muchísimas ganas de hacerla, puede que fuese por las maravillosas fotos del libro, porque a mi no me gusta la tarta de queso jajajaja. El caso es, que entre la buena pinta que tenía y que a mi madre le encantan este tipo de tartas me decidí a hacerla.
Como todas las tarta de queso, es fácil de hacer, pero esta me gustó especialmente porque queda bastante alta y con una textura muy espumosa y muy agradable.
New York Cheese Cake:
1kg de queso crema
200g de azúcar
6 huevos
2 cucharaditas de maizena
25 galletas María
50g de mantequilla
En primer lugar trituramos las galletas y las mezclamos con la mantequilla derretida para formar la base de la tarta. Compactamos la mezcla en un molde redondo y lo horneamos 5 minutos a 150 grados.
Mientras tanto, batimos bien el resto de los ingredientes. Una vez sacada del horno la base de galleta, vertemos sobre ella la mezcla de queso y lo introducimos en el horno al baño María durante 1 hora y 45 minutos.
Transcurrido este tiempo, pinchamos con un palillo y si sale limpio es que nuestra tarta está lista.
Esta tarta es todo un clásico y se puede acompañar de mil maneras. Como sabéis lo más típico es acompañar las tartas de queso con mermelada de fresa, frambuesa o frutos rojos, pero yo en este caso para hacerla algo menos empalagosa la cubrí con virutas de dos chocolates y para no perder el toque que le dan los frutos rojos la acompañe con helado de tarta de queso con fresas y salsa de fresas.
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